Antes de empezar el camino, me habían dicho que el camino se parecía a la vida, y vaya que lo es. Se pueden ver algunas señales que hacen mas notoria esta metáfora.
Los mojones que marcan el camino: El camino está marcado. A lo largo del camino hay flechas amarillas, mojones, o alguna señal, que te indica porque lado tenes que ir. Parece que es imposible perderse, salvo que no prestes atención a las señales..., pero créanme que los mojones son bien visibles, y si no viste la flecha, podes optar por seguir el rebaño….
Asimismo, todos vamos para el mismo lado, algunos por distintos senderos (camino francés, del norte, Portugués, etc), pero todos para un mismo lado.
Las ampollas : El sufrimiento, es inevitable Por más que te prepares físicamente con algún entrenamiento previo, te compres el mejor equipo de treaking, te pongas todas las cremas habidas y por haber, mas tarde o más temprano, el dolor es inevitable… Todos pasan por la etapa de dolor, el cansancio. El secreto es, sobrellevarlo…: “Sin esfuerzo, no hay recompensa", ese es el lema del peregrino.
La Mochila: Está claro, que todos cargamos con una mochila, más liviana, más grande. Por momentos se nos hace imposible cargarla, pero la llevamos como sea porque incluso la necesitamos. Hay algunos que caminan sin mochila, incluso yo para descanzar unos días tambien camine sin ella, no obstante el peso de la mochila que por momentos dejamos a un lado, no dejamos de sentirlo nunca.
Los bastones: Cada uno de nosotros, tiene un sostén: Algunos los bastones, otros un compañero, un amigo, un rosario, una llamada, un mail, una palabra. Sin este sostén, creo que sería imposible llegar a nuestro destino.
Los albergues: El refugio: La magia de los albergues, los hoteles, las casas abiertas, o donde elijas pasar la noche, simplemente hacen magia. El dolor, el cansancio, luego de un baño reparador y porque no una siesta, ¡hacen magia!. El ánimo se recupera, el cansancio se olvida y comienza el descanso no solo físico, sino también mental. Es increíble, pero dormir en los albergues, en salones comunitarios con más de 100 personas roncando a tu alrededor, tiene una magia especial que no tiene cuando dormís sola en algún hotel. Aca no hace falta despertadores, el calor humano calienta esas habitaciones gigantes y se te olvida el frio del invierno y los ronquidos, con el correr de los días, se convierten en un arrorró…
Las piedras: Soltar. Es tradición del peregrino ir a lo largo del camino, desprendiéndose de piedras, que para cada uno tiene distintos significados. Para unos son un peso, para otros una compañía, pera otros una molestia. Arranque el camino con 17 piedritas, cada una con un nombre de alguien especial de mi vida. Elegí solamente soltar la mía. Soltar las piedras, en nuestro camino, o de las piedras que tenemos dentro de cada uno, puede ser un lindo ejercicio para caminar más liviano.
Paisajes: El paisaje cambia todo, por momentos montaña, rutas, bosques, llanuras., subidas, bajadas, piedra, barro, agua. También cambia el clima, frio, calor, sol, niebla, lluvia, nieve, de día, y de noche. Parece que todo va cambiando todo el tiempo, a veces el camino se hace más fácil y te da un recreo, y otras se hace cuesta arriba….
Tiempo: ¡Que largo que es el día!, hay tiempo para estar contento, para estar triste, para disfrutar, para estar en silencio, para charlar, para reír, para estar solo, para compartir, para pensar, para no pensar…. El día es largo y siempre hay tiempo...
Igualdad: El camino es mágico, se rompen todas las barreras de las desigualdades y nos hace a todos iguales. Todos queremos lo mismo, todos vamos para el mismo lado, a todos nos duele algo, todos tenemos que esforzarnos, todos somos iguales… Como fui sola, tuve la libertad de hablar con muchas personas, de distintas edades (más grandes, más chicos que yo), de distintos países, (Italianos, Brasileros, Peruanos, Chilenos, Argentinos y Españoles), de distintas religiones, (Católicos, judíos, Budistas, Ateos), varones y mujeres, y siempre estos encuentros fueron desde un lugar de igualdad, no me importaba si pensaban distinto, si eran millonarios, si tenían otra cultura, nos veíamos y nos tratabamos como iguales. Y creo que por esto, me importaba su bienestar, tanto o más que el mío. Es impresionante, pero TODOS, nos preocupábamos por TODOS. Si a alguien le dolía, le pasaba, o le faltaba algo, siempre había alguien que se preocupaba por ayudar al otro, con algo material, con una palabra, o con la compañía, pero con una naturalidad encantadora.
A mí, esto me pasó todo el tiempo, siempre había alguien que se ocupó de mi bienestar, cada uno de los trece días que camine tuve un regalo del camino. El primer día, Agapito con un caramelo, unos chizitos y una palabra de aliento, después Jesús y sus 3 alelíes que no pararon de cuidarme, después Manuel, Dani, Jean Pierre, Yolanda, Moni, Marc, Anita, Carmen, Víctor, Panchito, Marcelo, Jose, y Victoria, Fermín, Noelia y el gran Carlos. No pararon de cuidarme, de alentarme de mimarme, de acompañarme. ¡Que alegría encontrármelos en mi camino!)
Buen Camino: Imaginate que bueno sería que cada vez que te encontras con alguien por la calle a cada rato te diga, “Chau que te vaya muy bien en tu vida, en tu camino”, ¿No sería increíble?, Recibir todo el tiempo el buen deseo de aquel que camina cerca de ti, aunque no lo conozcas, te llena de energía, de aliento. Escuchar esa frase, aunque parezca algo muy simple, te aseguro que en los momento no dabas mas, donde pensabas que ya no podías dar un paso más por el agotamiento físico y mental, con esa esa palabra de aliento de un desconocido ocurría la magia, y te hacia llegar a destino… Lo mejor de esta frase, es que realmente es sentida… vos queres que de verdad el que hace el mismo camino que vos, le vaya bien. La alegría de llegar a cada parada y ver al que estaba muy lastimado que había llegado a destino, te alegra el corazón de una manera muy especial. Llegar a Santiago y no solo alegrarte porque vos lograste tu objetivo, sino porque un montón de gente a quien le costó tanto o más que a vos llegar, realmente es mágico, ¡es una fiesta!
Ahora entiendo porque hay gente que no puede dejar de hacer el camino, una y otra vez (Nos encontramos con Carlos quien ya hizo el camino Francés 26 veces), realmente es una experiencia increíble, donde solo pasan cosas buenas, ¡¡¡¡anímate a vivirla!! Animate a VIVIR la vida!
Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia