El Camino de Santiago, fue algo que me propuse
hacer el último viaje que hice (La India). Esto es algo que nos pasa a los que
tenemos el síndorme de la hormiguita viajera. Una sintomologia típica es que
cuando estas ultimando detalles de tu viaje inmediato, ya estas pensando cual
será tu próximo destino (de hecho, es algo que me esta pasando en este preciso
instante, mi próximo destino será….)
Hace mas de un año atrás, “mágicamente” todo se
me dio para que felizmente pudiera hacer El Camino a Santiago. Lo mas dificil de conseguir, ya lo tenía, me habías regalado los pasajes. Me había propuesto hacer este viaje, y de un día para
otro… ¡Ya era posible!. (Con el viaje a la India, me acuerdo que me paso algo parecido, no tenía plata ni vacaciones, ni sponsor y derepente... apareció todo eso) Ahora, no tenía
excusas, tenía mas de un año para ahorrar,
hacer la averiguaciones pertinente, definir recorrido, etc.
Un año de preparación en cuanto a lo administrativo,
físico y psicológico. Indudablemente en
este último punto necesitaría un tiempo extra (voy a aprovechar la horas de
vuelo, lo prometo)
Nunca antes había viajado sola sola desde el vamos, pero me propuse hacer este viaje sola, no invite a
nadie, y todo aquel que amagaba en colarse, inmediatamente era rociado con
Fly por supuesto de una manera muy diplomatica, tipica carácteristica mia. Por esto, tenía que aprovechar este tiempo,
la preparación era algo para no podía dejar pasar así nomas.
Tuve tiempo de preparar el crongráma, mi
equipo de treaking, de estudiar un poquito mi destino, de escuchar historias
de peregrinos, de conseguir mi credencial,
de averiguar todo lo necesario, de reservar algunos hoteles, de ahorrar.
Tambien tuve tiempo de llenarme de ansiedad: ¡No veo la hora de
llegar!. ¡Quiero empezar ya!. ¡No aguanto mas!.
De llenarme de preguntas: ¿Me gustará? ¿Qué tan sola estaré?,
¿Me haré amigos?, ¿Conseguiré novio?.
Y de
llenarme de miedos: ¿Me pasará
algo?¿Llegaré?
Muchas cuestiones, que alteraban
mi cabezota inquieta, y si había algo por lo que quería hacer este
viaje, era para encontrar PAZ.
Una de las cosas que mas me gustaron de las
historias que leí o escuche, es que los peregrinos comparan al camino como la
vida misma. Hay etapas en subida, otras en bajada, otras con rocas, otras por
el campo, otras por ciudad, otras por la ruta desertica, otras que caminas en grupo, otras sola, como la vida…
Esta metáfora me gusta para pensar, que nadie
nos prepara para vivir la vida. Nadie nos pregunta nada, un buen dia llegamos y
…. ¡Que Dios nos ayude!.
Me lanzo a esta aventura y ¡que Dios me ayude!, pero con la ventaja de
este tiempo previo, segura que mi camino
no va a ser igual a la de ningún otro peregrino, que va a ser una experiencia única, será “Mi Camino”,
¡como la vida!.
que buena cronica!!!!!!!!! que vivas una buenisima experiencia!!!!!!!!!
ResponderEliminar